Cesar Dubón "Pipo"

Experto en CNC del metal y mecanizaciones

Cesar Dubón Martínez (Zaragoza 1968), por todos conocidos como “Pipo”

Desde su más tierna infancia ya corrían por sus venas las bolas de acero del pinball.

Siendo niño, recuerda acompañar a su padre a algún bar y, como era habitual en aquella época, era normal poderse encontrar en un rincón o camino al oscuro almacén, un pinball. Apenas con esfuerzo, dado su infante tamaño, asomaba la nariz por encima del tablero de aquellas luminosas y sonoras máquinas. Fascinado por aquella sinfonía de luz y color, sin perder ojo de aquella hipnotizante secuencia de luces, le pedía a su papá que le diera una moneda y le acercara una vacía caja de cervezas donde se podía subir. Agarrar con su pequeña mano ese resorte donde lanza la bola y abrazar el pinball intentando alcanzar los dos pulsadores era una indescriptible sensación. Se sentía poderoso, ufano y profundamente feliz. Sin duda, aquello era ¡lo más divertido del mundo!

Llegados los finales de los 70´, en su edad preadolescente, llegaron las primeras arcades . Aún recuerda perfectamente el sitio donde llegó una Space Invader, lugar donde tenía que tomar las primeras decisiones importantes en su vida: jugar al pinball o a aquella innovadora máquina; difícil decisión con tan solo 10 años.

Pero si la situación se volvía compleja a la hora de elegir, los 80’ no facilitó la cosa. Salones recreativos nacían a decenas cohabitando pinballs y arcades, llenando cada rincón, cada hueco posible de aquellas salas, seductoras máquinas deseosas de quedarse con todas sus monedas. No había nada mejor que hacer que quedar con los amigos e ir de uno a otro a jugar a pinball y arcades.

Pero los retorcidos caminos de la adolescencia le llevo por otros derroteros y a los 18 años fue, cual sirenas a las naves de Ulises, atraído por la música y los ruidosos pubs, dejando aparcado en la burbuja del tiempo pinballs y arcades por igual. Aunque si de reojo veía alguna siempre echaba una partida entre copa y copa.

Pero, como dice el dicho, la cabra tira al monte.

En la edad adulta, en el 2013, con 45 años, la nostalgia de aquellos días arcade afloraron con fuerza. Al tener una casa grande, dijo evocando a aquellas sensaciones de la infancia “voy a comprar un pinball”. Y como dice el dicho “¿Quieres taza? Pues toma dos”, tuvo la oportunidad de iniciar su colección con un par de máquinas de golpe.

Subiendo con esfuerzo aquel enorme mueble a la furgoneta (“no recuerdo que pesaran tanto!” pensó) le comentó el ex¬-dueño que había “un torneo de pinball en aproximadamente un mes”

“¿Torneo?”

Se apuntó sin dudarlo un instante. Participó sin ningún conocimiento de reglas de las maquinas actuales; pero no importaba, esos recuerdos de la infancia volvieron con más fuerza que nunca.

Vinieron más torneos, más maquinas, forjó solidas amistades pinbaleras y viajes por Europa.

Al fin, su maño corazón, exultante de emoción, bombeó con fuerza al levantar el trofeo de Campeón de España; logro que ha conseguido realizar en dos de los cuatro campeonatos de España disputados hasta 2021.

Por un momento volvió a estar subido en aquel cajón de cervezas como cuando era niño junto a su padre, y del que no se ha vuelto a bajar.

Su trabajo en el equipo del nuevo pinball son ideas en el diseño ,construcción y desarrollo de reglas.